No digas «Descanse en paz»
Arelis Cardona es la pastora que predicó en mi ordenación. Estudiamos juntas en el seminario y tuvimos varias clases en común. En una ocasión tuvimos una conversación en donde descubrí que a ella no le gustaba la frase «descanse en paz». Si tu conocieras a Arelis, tu te darías cuenta de porqué. Ella es una mujer que no para nunca, es una mujer que siempre está moviéndose. Es una pastora apasionada y persistente, quien en algunas ocasiones ha tenido dos o tres trabajos. Así que me imagino que, para ella, la posibilidad de ir al cielo a descansar en paz no es muy atrayente. Puedo pensar que para ella el cielo es una continuación de su relación con Dios, algo que ella no ve como algo pasivo o inactivo. Como una mujer que lucha intencionalmente en contra de la violencia de género en Puerto Rico, la veo como alguien que no puede descansar hasta que se le haga justicia a estas mujeres que han sufrido y hasta que han muerto a manos de sus compañeros. Por eso, cuando pienso en Arelis, pienso en todas las mujeres en el mundo que luchan sin descanso por lograr justicia en el mundo.
La viuda persistente
En Lucas 18,1-8, Jesús cuenta una parábola sobre una mujer que me recuerda a estas mujeres. Como quizás has escuchado o leído, las viudas en los tiempos antiguos no tenían esposo, no tenían herencia y no tenían un estatus social. La Biblia siempre está haciendo advertencias sobre no hacer injusticias en contra de las viudas... sin embargo, las viudas siempre parecen ser objetos de injusticia y abuso... y esta viuda ha sufrido una injusticia departe de un adversario. Para alguien en una posición tan vulnerable, esta situación puede ser de vida o muerte.
Imagina que has perdido una moneda de 25 centavos. Si tienes un billete de 100.00 dólares en tu bolsillo, es posible que puedas vivir con la perdida y que no busques la moneda con tanta insistencia. Pero... si solamente tienes 50 centavos en tu bolsillo, y pierdes la mitad de eso... hay urgencia en la búsqueda si no tienes casi nada.
Por eso, la viuda insiste e insiste. Toca y toca a la puerta de este juez, que se describe a si mismo como alguien que ni le temía a Dios ni respetaba al ser humano. Ella insiste hasta que él se cansa de escuchar sus reclamos por justicia y le dice, «¡Ya! ¡Suficiente! No me moleste más. Le daré lo que quiera si me deja en paz».
Entonces Jesús termina la parábola con una lección: «Oigan lo que dice el juez injusto. ¿Y Dios no hará justicia a sus escogidos que claman a él de día y de noche? ¿Les hará esperar? Les digo que los defenderá pronto».
Como dice la Rvda. Dra. Margit Ernst-Habib, esta parábola tiene muchas interpretaciones teológicas: la oración y la confianza, justicia y liberación, juicio y fe, persistencia y resistencia, la primera y la segunda venida de Cristo y la vida del pueblo creyente entre otras. Sin embargo, me quiero concentrar en la habilidad de Dios de persistir y resistir... y en la respuesta de la viuda a la persistencia y la resistencia de Dios.
Dios provee justicia
Jesús nos dice a través de la parábola que Dios no es como ningún juez terrenal. Dios escucha. Dios responde. Dios da justicia. Dios se preocupa. La Biblia está llena de momentos y ejemplos de eso. Dios es persistente y paciente con un pueblo que ha rechazado a Dios una y otra vez. Jesús usa esta parábola para recordarle al pueblo que Dios es fiel. Sin embargo, Jesús nos lanza un reto final... «Sin embargo, cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?». La viuda en este caso, se convierte en el ejemplo y en la respuesta a esta pregunta. Dios encontrará fe y fidelidad en la tierra si somos como la viuda.
Dios encontrará fidelidad si oramos sin cesar. Dios encontrará fidelidad si luchamos en contra de la injusticia. Dios encontrará fidelidad si actuamos con valentía en contra de los poderes y principados de nuestro tiempo. Si somos como la viuda, podremos responder al reto de la pregunta de Jesús al final de la parábola con un rotundo afirmativo: el Hijo del hombre hallará fe en la tierra si seguimos el ejemplo de Dios y si somos como esta persistente viuda.
Resistencia / Insistencia / Persitencia / Denuncia / Empeño / Persistencia
Cuando miramos a esta viuda, pensamos en toda la gente que es vulnerable en este mundo... pero la vulnerabilidad no es sinónimo de la impotencia. Amo algo que leí que escribió el Rvdo. Dr. Ediberto López dice en su comentario sobre este pasaje que «la persona vulnerable tiene que poner a los poderosos en desventaja moral. Solo así, los/as oprimidos lograrán la atención de los/as poderosos/as». Amén.
Al mirar lo que está pasando en nuestro tiempo, sigo creyendo tercamente en ese dicho que en inglés dice «When they go low, we go high». Cuando alguien quiera hacernos vivir en oscuridad, tenemos que buscar y vivir en la luz. Quizás somos vulnerables y sentimos que no tenemos poder para cambiar las injusticias en el mundo. Pero la viuda nos invita a agarrarnos de aquellas cosas que nos dar verdadero poder: la oración, la justicia, la persistencia, la insistencia, la resistencia, la denuncia, la determinación y sobre todas las cosas, agarrarnos de la fe en Dios... quien siempre ha sido fiel.
Recientemente tuve una conversación sobre esta parábola con otra de las mujeres fuertes de mi vida, otra de mis viudas. Su nombre es Rosalie Torres. Ella estaba compartiendo conmigo su interpretación de la frase «Rest In Peace». Para ella, las letras R.I.P se convierten en una sigla que significa Resistencia, Insistencia, Persistencia. Solo así se consigue la verdadera paz. Yo hice la observación de que no funcionaba en español... y ella me dijo que pensaría al respecto. Pero al analizar, yo encontré palabras relacionadas: Descanse en paz / D.E.P. / Denuncia, Empeño, Persistencia.
En los momentos en que el mundo te diga que te calles, que te tranquilices, que te quedes sentada... en los momentos en que alguien te diga que lo que quieres lograr no tiene valor... en los momentos en que sientas que tus oraciones por un mundo mejor no están funcionando... se como la viuda... resiste, insiste, persiste, denuncia, actúa con empeño. Dios lo ha hecho también por la humanidad y lo hará una y otra vez. No estás sola. No estás solo. Dios escucha tu clamor. Dios escucha tus oraciones.
Y en los momentos en que alguien te diga, «descansa en paz»... dile las palabras del Rev. Dr. Martin Luther King: «No puede haber justicia sin paz, y no puede haber paz sin justicia».