Una de las cosas que ha estado ocurriendo durante el tiempo de la pandemia en la Iglesia Presbiteriana Beechmont es la edificación de un jardín de paz. El 8 de noviembre, la iglesia llevó a cabo un culto de adoración en donde se dedicó este jardin a Dios. Reflexionamos sobre Juan 14,25-31, sobre las palabras en uno de los postes de paz, y sobre las definiciones que damos a la palabra "paz" en el mundo.
Jesús dice las palabras que están en Juan 14 durante una cena con sus discípulos. Él sabe que el tiempo de la crucificción se está acercando y que dejará a sus discípulos por cuenta propia. Por eso, todas sus palabras son intencionales y le llevan a momentos de enseñanza, mientras tiene una audiencia cautiva que recordará sus palabras.
Juan 14,25-31 son palabras que dan la seguridad a sus discípulos de que no quedarán huérfanos. Dios, nuestra madre y padre, les enviará un compañero, al Espíritu Santo, que les dirigirá y les recordará todo lo que Jesús les ha enseñado. Y después de que les da esta seguridad, les dice, "La paz les dejo, mi paz les doy. No como el mundo la da yo se la doy a ustedes. No se turbe su corazón ni tenga miedo".
Al escuchar estas palabras familiares, me llama la atención la frase "No como el mundo la da yo se las doy". Y al leerlas nuevamente me pregunto por qué Jesús hace esta clarificación.
Quizás es porque Jesús nos invita a siempre estar alertas ante las maneras en que el mundo define las cosas. Por ejemplo, sabemos que la paz ha sido definida como aceptar las cosas como son y que no debemos expresar indignación o furia. Sabemos que la paz ha sido usada para silenciar y ha veces para oprimir. Sabemos que la manera en que algunos gobiernos en este mundo buscan la paz es siempre a través de la guerra. Y sabemos que la paz ha sido invocada para decirle a las mujeres que están siendo demasiado emocionales, haciendo demasiada bulla y que deben controlar sus sentimientos. Y si tomamos todo esto en cuenta... sabemos que las definiciones de paz que el mundo da... no son necesariamente la definición de paz de la que Jesús habla.
Osvaldo Vena, un profesor de Nuevo Testamento, en su comentario sobre este pasaje, nos recuerda que la paz que Jesús da constrasta enormemente con la paz del mundo. Estas palabras de Jesús se dan en el contexto de la Pax Romana, una paz establecida con dominación, opresión y violencia. Por esto, Jesús está diciendo, sin ninguna duda, que esta NO es la clase de paz que él da o la clase de paz en la que desarrolla su vida.
Por eso... después de cualquier ansiedad que venga a la vida, quiero desafiarte para que mantengas los ojos abiertos buscando definiciones... y quiero hacerlo usando las palabras del poste de la paz que Edna usó en su poste de la paz... porque me parece que son buenas instrucciones para el día de hoy.
Reflexiona: Haz preguntas. Por ejemplo, pregúntate que enseñanzas tiene esta elección para nuestras vidas y para la vida de este país. ¿Qué dice el proceso sobre la paz? ¿Qué nos dice sobre la justicia? ¿Sobre el amor? ¿Sobre como todas estas cosas están disponibles, no sólo para quienes tienen recursos y estabilidad en sus vidas, sino también para quienes son pobres, o quienes son parte de grupos marginalizados? ¿Es esta la paz de la que Cristo estaba hablando?
Cambia: Si después de hacer preguntas notas que tu definición de paz es desafiada... entonces necesitas cambiarla... aún si eso significa que necesitas cambiar la manera en que vives, la manera en que relacionas con otras personas y la manera en que hablas y actuas. Abre tu mente y tu corazón a la flexibilidad y al cambio.
Participa: Encuentra a otras personas que no sean parte de tu "burbuja" para tener conversaciones sobre sus definiciones de paz y justicia. Es posible que encuentres que esas definiciones provocan incomodidad... y eso es una buena cosa. Se que estamos cansados y cansadas, pero no hay tiempo de echar para atrás. Participa. Recuerda que, aunque tu vida no dependa de participar, la vida de otras personas si dependen de ello... literalmente.
Preocúpate: Preocúpate... cuida de otros... preocúpate, preocúpate, cuida de otras... preocúpate... preocúpate... y cuida más. La apatía no tiene lugar en la familia de Dios.
Respeta: Aún cuando alguien no piensa como tú, habla como tú, se viste como tú, vive como tú, o ama como tú. Como alguien que respeto dijo "Cuando la gente tire por lo bajo, compórtate por todo lo alto". El respetar tiene todo que ver con ver a la gente como seres humanos que cometen errores, que son dignos, que no son perfectos y que merecen humanidad y no que les demonizen.
Sana: En este mundo de COVID, pensamos en la salud física como algo muy importante. Sin embargo, el tener paz también da sanidad. La guerra es devastadora. La opresión hiere el alma de tal manera que destruye su vida. La paz sana. El trabajar por una paz que signifique bienestar para otras personas es importante. El trabajar por una paz que de derechos a otras personas es importante. El trabajar por una paz que busque maneras de eliminar el pecado de tratar de resolver todo con guerras es sanidad.... en un mundo que realmente significa ser sanado.
Cree: Este es el último y pienso que el más importante. Creen en la paz que Jesús está ofreciendo. Tener fe en ella. Encontrar nuestra esperanza en ella. Creer en que el reinado de Dios, en que la familia de Dios es una posibilidad y decisión real para este mundo. Creer en que, aunque las cosas se vean desalentadoras, la luz y la esperanza siempre son posibles. Cree. Cree. Cree. Y vive con la seguridad, con la confianza, y con el conocimiento firme de que las promesas de Jesús de que tendremos al Espíritu Santo y que este nunca nos dejará y de que nos deja su paz, esa paz que es bienestar y abundancia para TODO EL MUNDO... está con su pueblo hoy... y para siempre. Amén.