No sana
- Marissa Galván
- Sep 15
- 1 min read
La venganza no sana…
El odio no sana…
Las balas no sanan…
La pena de muerte no sana…
Hemos llenado la vida del hombre
de lugares insanos.
O eres el héroe de la película…
O eres el debilucho de quien todos se burlan.
No nos damos cuenta de que la mayoría de los hombres vive en el entremedio,
y que los extremos… no sanan.
La vida más sana es amor.
La vida más sana es misericordia.
La vida más sana es empatía.
Pero en un mundo donde se predica
que la empatía es «nueva era»
y no una de las más hermosas características de Dios,
que se hizo ser humano,
la empatía más grande con la humanidad, en Jesús,
la apatía está en aumento,
y la simpatía se ve como debilidad.
Y así sigue la violencia.
Y así sigue el odio.
Y así sigue la venganza.
Y así sigue la muerte en pena.
Hasta que alguien se atreva a decir «basta»
y a probar algo nuevo,
que no quepa en pancartas,
sino que salga del corazón de un hombre,
capaz de amar y de perdonar…
Como lo hizo Jesús, que no fue héroe ni debilucho,
sino Emmanuel, Dios con su pueblo.





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