Las bombas son semillas
podridas por la violencia
cuando entran a la piel
la corroen, la sangran.
El veneno de la guerra
del odio y la incertidumbre
pasa las generaciones...
de abuelo, a padre, a hijo,
de madre, a abuela, a hija
de generación en generación
y seguimos la cosecha
de raices de amargura,
pensando que las balas
nos dan paz,
pensando que la venganza
procreará la amistad.
¡Gente necia es lo que somos!
Corrompida en estupidez,
porque nos han alimentado
con las semillas podridas
de la insensatez.
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